Recientemente estuve en una diligencia administrativa relacionada con disputas contractuales. Por razones de reserva y confidencialidad no ahondaré en los pormenores de la misma. Sí comentaré, en cambio, una situación que me llamó poderosamente la atención en esa ocasión, y que estoy observando como algo cada vez más recurrente a nivel de los servidores públicos: la confusión entre la esfera personal del servidor público con la institución a la que pertenece.