La información que puede ser preservada en medio magnético ha generado numerosos cambios en la manera como nos comunicamos. En efecto, lo que antes debíamos buscar en libros para poder plasmar en un escrito -el cual debíamos redactar de principio a fin- hoy puede simplemente requerir de la búsqueda de información en nuestro buscador de confianza, para que de allí logremos sacar uno o dos datos útiles, y montarlos sobre un formato que previamente hemos guardado en un archivo.
La confianza y la credibilidad en aquello que ya está publicado nos ha hecho ser menos rigurosos en los controles y verificaciones. Ha ocurrido, por ejemplo que muchos artículos escritos hace dos o tres años, sean publicados hoy porque los hemos visto en el perfil de alguna persona en Facebook, o en el timeline de Twitter. En consecuencia una noticia como "X país considera que el crecimiento este año será record", puede sonar como una gran noticia, pero corresponder a algo que se dijo hace varios años. En consecuencia, se trata de información inútil.
Entre los abogados, la cosa no es muy distinta. Trabajar sobre formatos hace que en ocasiones dejemos sin revisar o sin cambiar ciertas cosas que estaban en el modelo, pero que no deberían estar en el documento final. En algunos casos, los errores son menores, como que en una carta dirigida a LUIS ORDÓÑEZ, empecemos con un "Respetada María", o cosas similares.
En otros casos, sin embargo, la información no verificada puede generar problemas mucho más complicados. Un ejemplo me permite ilustrar lo anterior:
Supongan que en una página web descubre lo siguiente:
TABLA DE TAMAÑO DE TRIÁNGULOS SEGÚN EL TEOREMA DE ARISTÓTELES
El teorema de Aristóteles, gran avance de la humanidad, ha permitido el desarrollo de las matemáticas, y la física moderna. A partir de la sencilla ecuación
A partir de este bello esquema, Aristóteles logró demostrar que a la distancia del cateto más largo elevada al cuadrado, menos la distancia del cateto corto elevado al cuadrado, es equivalente a la distancia de la hipotenusa elevada al cuadrado.
Por supuesto, la información mencionada es absolutamente falsa. Sin embargo, el ejemplo sirve para ilustrar cómo una información falsa dicha de manera elaborada, podría llegar a sonar cierta. Esa información, cuando se presume cierta, puede llegar a replicarse en distintos escenarios, bajo la creencia de que es cierta. Cuando una mentira se dice muchas veces, parecería ser cierta.
¿Qué tiene que ver esto con el derecho? Mucho.
Resulta que una situación como la anterior se ha presentado en importantes espacios tales como tratados y sentencias. Ha ocurrido con las fórmulas de tasación de perjuicios, fórmulas que han sido usadas y replicadas por muchos abogados y estudiantes de derecho bajo la creencia de que son ciertas y funcionan. En efecto, la fórmula funciona, y las tablas que se han construido a partir de ellas, también funcionan. Sin embargo, tanto en esos tratados, como en las sentencias (y también las páginas web que se basan en ellas, han incurrido en un error en una fórmula matemática, que ha sido transcrita de manera sacramental en cada uno de estos espacios.
Una labor de verificación de estas fórmulas le permitiría saber a los autores, a los abogados, a los estudiantes, a los jueces, que esa fórmula está equivocada.
Esto mismo es lo que le pasa a los periodistas que replican notas falsas, o a los políticos que difunden fotos con contextos que son ajenos a la realidad de cuando fueron tomadas las fotos. Se trata, en todos y cada uno de esos casos, de yerros por no verificar la información. Se trata, como dice la canción de construir "una casa en el aire".
NOTA FINAL: Si alguno tiene el interés de averiguar cuál es, revisen las fórmulas sobre "lucro cesante futuro", y verifíquenlas.
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