lunes, 29 de julio de 2013

Se acerca un nuevo Ministerio: ¿Ministerio de la Seguridad Ciudadana?

Sorprende la manera como hace algunos días nos enteramos en Colombia, que existe un interés del Presidente de la República de presentar un proyecto de ley destinado a la creación de un nuevo ministerio: Ministerio de Seguridad Ciudadana, como probablemente quedaría bautizado.  La idea ha tomado por sorpresa a muchos, y conviene preguntarse cuáles son las implicaciones políticas y jurídicas de esa decisión.

martes, 23 de julio de 2013

Conductores ebrios al volante, cual es la solución?


Mucho se discute sobre la supuesta "necesidad" de castigar con prisión a quienes conducen automóviles ebrios y causan accidentes, a veces fatales como los que han sucedido en las últimas semanas. Nuevamente y por cuarta o quinta vez- se tramitan proyectos de ley al respecto en el Congreso. El punto de discusión pasa por lo que parece ser un ineficiente modelo de regulación administrativa y preventiva de este tipo de conductas, para llegar a proponerse medidas penales tales como la tipificación por sí misma de la conducta de conducir ebrio, o de la represión de los casos de lesiones u homicidio no por vía culposa sino a título de dolo eventual. Ésta última, de hecho, ha llegado a ser imputada en algunos casos por el ente acusador, y tal postura defendida por algunos tratadistas.  

Es evidente que para algunos la sanción penal pareciera erigirse como el mecanismo idóneo para prevenir estas conductas. Sin embargo, valdría la pena detenerse un poco a pensar, antes de asignarle al derecho penal exclusivamente la labor preventiva de este fenómeno “delictivo”, pues a simple vista se puede advertir en estos casos que la función preventiva de la norma penal debería pasar a un segundo plano, en tanto que los controles administrativos y de policía deberían ser la primera fase de prevención y represión de estas conductas. Esto último, dado que resulta inadecuado asignarle al Derecho Penal la función que el Estado en conjunto -con los demás actores de este mercado-  deberían de adelantar, en procura de mitigar el impacto de estos casos.

Será necesario entender, entonces, que particularmente este fenómeno requiere de una política de prevención estatal que vaya más allá de las exitosas iniciativas  privadas (consultor elegido o  salvavidas de las aseguradoras) que han mostrado resultados positivos en lo que tiene que ver con la reducción del porcentaje de estos casos.  No es descabellado pensar en hacer más exigente el trámite obtención de licencias de transito, o en involucrar a los comercializadores de vehículos en el desarrollo de campañas preventivas, o incluso pensar en el fortalecimiento de la policía de tránsito o en la implementación permanente de retenes de control de alcoholemia.  Todas ellas podrían ser algunas medidas útiles para tratar de reducir los porcentajes de ocurrencia de estos desafortunados casos.

En conclusión, creemos que resulta equivocado pensar que las sanciones penales son la solución exclusiva a estos casos. Habrá que pedirles a todos los actores que interactúan en esta problemática, especialmente a los legisladores y a quienes impulsan los proyectos de ley,  que realicen un estudio serio de la situación y promuevan las reformas que verdaderamente resulten necesarias y en las materias que verdaderamente sean de competencia para darle un tratamiento que resulte adecuado con el fenómeno sin querer dejarle al derecho penal la tarea exclusiva de prevención de este tipo de conductas.

viernes, 19 de julio de 2013

¿Por qué la mala fama de los abogados?

No es extraño que la ciudadanía tenga poca fe en los abogados; en algunos casos, esa fe es nula o inexistente.  No es extraño tampoco que al acudir una persona ante una oficina de abogados, manifieste la pésima experiencia que ha tenido con los profesionales del derecho que anteriormente los han asesorado.  Quizá estamos demasiado acostumbrados a este tipo de reacciones, cada vez más cotidianas en nuestro devenir diario.
 
¿Por qué, entonces la mala fama de los abogados?  Facultades de derecho, de ciencias jurídicas o de jurisprudencia existen por montones en el país.  ¿Acaso los jóvenes están interesados en estudiar una carrera aparentemente deslegitimada, o es otro el incentivo para estudiar esta carrera?  El conocimiento de la ley se presta para realizar una importante cantidad de gestiones que quizá otras personas no sepan o no puedan hacer por sí mismos. Esto le brinda a los abogados un especial poder de gestionar los derechos de terceros, y en muchas ocasiones, de gestionar sus finanzas.
 
Recientes escándalos sobre la gestión de abogados permiten cuestionar hasta donde llega la responsabilidad de los abogados por su gestión.  La facultad de derecho le enseña a sus estudiantes que, por regla general, la responsabilidad de los abogados es una responsabilidad de medio y no de resultado; es decir, el abogado responde por una utilización adecuada de medios para lograr una finalidad trazada en la gestión de los intereses de su cliente.  Sin embargo, esto es simplemente una regla general, que viene dada de una época en la que los abogados preponderantemente actuaban en escenarios judiciales, y no en proyectos de consultoría, o de asesoría externa de otra índole.
 
Bajo ese entendido, es importante que las personas conozcan de antemano cuáles son las reglas de juego en su relación con el abogado, y de paso, que sean conscientes del alcance de la responsabilidad de los abogados con ellos.  Muchas de las manifestaciones sobre "abogados malos" no son válidas miradas desde la perspectiva de las reglas del ejercicio de la profesión.  Tampoco puede catalogarse de "buen abogado" a aquél que logra conseguir un objetivo, incluso acudiendo a mecanismos como el tráfico de influencias o el cohecho de funcionarios.  Ese no es un buen abogado, sin dudarlo.  Por lo tanto, existe tanto la buena fama inmerecida, como la mala fama inmerecida.  Eso obedece a que la persona no es conocedora de qué deberes tiene el abogado con su cliente.
 
En muchas disciplinas, se ha avanzado colectivamente a solucionar este tipo de vacíos.  Es así como en la prestación de servicios de salud, sea cada vez más claro en donde hay y no hay responsabilidad de los profesionales de estas disciplinas.  En el caso de la disciplina jurídica, siguen existiendo vastas lagunas de duda y de ignorancia acerca de estos aspectos.  En consecuencia, corresponde a los profesionales del derecho serios, advertir a sus clientes antes de iniciar cualquier gestión, los riesgos que hay inherente al encargo que se acepta, el alcance de sus propias obligaciones, y resolver cualquier inquietud que exista al respecto.  En Apoyo Jurídico cumplimos con esta práctica en cada uno de nuestros encargos.  Para aquellos que no forman parte de nuestra red de clientes, es un deber consigo mismos, exigir que sus abogados cumplan con este deber de información.  Únicamente así, podrán saber si realmente el abogado, en el cumplimiento de su encargo, ha sido realmente bueno o realmente malo.

martes, 16 de julio de 2013

Por una mejor forma de representación en derecho

En Colombia, y particularmente en Bogotá, existe una tendencia de encontrar oficinas de abogados supremamente grandes, enfocados en las grandes corporaciones, o la oficina pequeña de abogados independientes enfocados en los negocios de personas en particular.  Esta polarización de la representación jurídica, lleva a que en ocasiones el particular o el pequeño negocio esté obligado a pensar en estos mismos términos.  De hecho, existe una tendencia algo generalizada en algunos escenarios de considerar a los abogados de firmas grandes como "juristas", y los abogados de pequeñas firmas como "tinterillos".

Apoyo Jurídico surge como una forma diferente de concebir la gestión de intereses jurídicos de los clientes de la oficina.  Creemos fielmente que la forma de estructurar el negocios constituye una solución para todos aquellas personas naturales o negocios que están cansados de pensar que el tamaño de la firma es lo relevante, o por el contrario, que sólo es posible confiar en el pequeño abogado recomendado de la familia.  Concebimos nuestro trabajo como una manera de poder ofrecer servicios de calidad que ayuden a los clientes en una doble vía.

Además del portafolio de servicios, que está disponible para consulta en nuestra página web www.apoyojuridico.co, consideramos que este espacio es relevante para poder intercambiar opiniones con nuestros clientes, con otros colegas, y con usuarios en general que tenga opiniones respecto de los puntos que se han de tratar en esta página.  Para ello, hemos previsto estar subiendo contenido periódico, que puede ser informativo, o de opinión, e incluso ayudar a solucionar preguntas frecuentes que recibamos, para efectos de continuar brindando nuestro apoyo a otro nivel.

En próximas entradas estaremos aclarando el alcances de nuestros servicios, y presentaremos temas especialmente problemáticos en el día a día de las personas, junto con nuestra opinión jurídica.  Los invitamos a que nos escriban a nuestro correo contacto@apoyojuridico.co con sus sugerencia e inquietudes.  Sean ustedes bienvenidos a este espacio.