martes, 21 de julio de 2015

Manifiesto contra el "bullying" judicial

A la ciudadanía en general, a los colegas abogados, pero especialmente a los operadores jurídicos llamados "jueces" y "fiscales", el siguiente mensaje:

El juez ha sido históricamente considerado como un honor reservado a las más altos espíritus, las más ponderadas mentes y los más capaces individuos de cada sociedad.  Precisamente por ello es que legalmente se entiende que el juez es "perito en derecho".

La figura del juez, sin embargo, no es una institución descontextualizada, desconectada de una racionalidad que la respalda, o inventada de la nada.  Es la institución creada por el sistema jurídico, bajo el entendido de que a través del derecho es la manera racional de resolver la conflictividad social.


Lo anterior debe servir como punto para llegar a una primera conclusión:  el Juez es el que más debe saber de derecho, y es lógico que así sea.  Sin embargo, no crean por un solo momento, que el hecho de ser nombrados jueces los hace más inteligentes, quizá más poderosos, pero no más inteligentes.  El que sean los mejores debe venir antes de su nombramiento y posesión.  La sabiduría no se adquiere por ósmosis, ni por herencia genética.

Esta primera conclusión resulta ser relevante en una sociedad donde nos hemos cada vez acostumbrado a que los administradores de justicia se han convertido en maltratadores de los ciudadados y de los abogados que acuden ante ellos.  NO, no se trata de un fenómeno aislado -lo que ahora eufemísticamente se denomina un caso de algunas manzanas podridas- sino de un fenómeno que cada vez crece más.  Egos elevados y baja capacidad de autocrítica hacen que muchos de los operadores jurídicos se crean infalibles.  La cuestión no es que así lo crean, sino que interactúan con los demás como si lo fueran.


La supuesta infalibilidad y excesiva sabiduría (eso creen ellos) hace que en muchos casos el derroche de sabiduría se materialice a través del regaño público, preferiblemente con trato peyorativo; en otras palabras, para estos Jueces y Fiscales, su superioridad les da licencia para "pordebajear" públicamente a los colegas con los que interactúa, para regañar a los ciudadanos que acuden ante ellos y para jactarse de su superioridad.  Es la psicología de aquellos que para lograr visibilidad y reconocimiento, recurren al pisoteo de dignidades ajenas... lamentable.

Más allá de su excesivo amor propio, que no es de nuestro interés, sí lo es el hecho de que la función judicial lleve implícita el cumplimiento de una serie de deberes, entre los cuales destaco los del artículo 153 de la Ley Estatutaria de Administración de Justicia, por ser comunes a todos los operadores jurídicos.  Menciona esa ley:

Artículo 153.  DEBERES.  Son deberes de los funcionarios y empleados, según corresponda, los siguientes:1. Respetar, cumplir y, dentro de la órbita de su competencia, hacer cumplida la Constitución, las leyes y los reglamentos.2.  Desempeñar con honorabilidad, solicitud, celeridad, eficiencia, moralidad, lealtad e imparcialidad las funciones de su cargo.(...)4. Observar permanentemente en sus relaciones con el público la consideración y cortesía debidas.
Observen de qué manera la ley hace referencia, en primera medida al comportamiento del funcionario judicial (para los que se preguntan, el numeral 3° hace referencia al correcto trato de superiores, colegas y subordinados.  Tal y como se ha 

Al funcionario resentido, o simplemente al maltratador que viste toga, no estará de más recordarle sus deberes.  Sus poderes, su capacidad de multar, condenar, encarcelar, arrestar, entre otras cosas, únicamente tiene sentido si se atienden los deberes del Juez.  No por nada, y a pesar de lo supremamente inteligentes que puedan ser, no deben JAMÁS olvidar que es la Constitución la que les da ese poder, y que de acuerdo con esa misma Carta Política, tanto jueces y fiscales son servidores públicos.  Sus cargos tienen sentido única u exclusivamente si se ven a partir de sus funciones y sus deberes.

Como hemos dicho atrás, a estos abusadores de su cargo, no está de más recordarles sus deberes.  Si son tan sabios como creen ser, probablemente recordarán su rol en la sociedad. Y, a pesar de los problemas inherentes a este tipo de acusaciones y manifiestos, es importante resaltar que lo hemos hecho en el pasado, lo hacemos en la actualidad y lo seguiremos haciendo en el futuro.  Necesitamos  urgentemente volver a la honorabilidad de la función judicial, evitar la justicia del juez-domador; más aún si -como se dice- este es un país que anhela vivir en paz.
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Imagen tomada de la página web www.ropaonline48.eu 

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