jueves, 22 de mayo de 2014

Una interrelación evidente: la política y el derecho

Esta semana el país se juega su futuro político, con las elecciones presidenciales en primera vuelta.  Mucho se decide a nivel jurídico, en una contienda que nada tiene de jurídico.  A pesar de que durante mucho tiempo los académicos del derecho desconocieron -o disimularon- la interrelación evidente entre política y derecho, cada vez se reconoce más la interrelación evidente entre la discusión y el debate político en la génesis e interpretación de las normas jurídicas.
Esto que recién se ha mencionado, no es algo nuevo.   Probablemente a muchos de los lectores no les he proporcionado ningún elemento de juicio nuevo, no es esto ningún descubrimiento.  Sin embargo, muchos no son conscientes de las implicaciones específicas que tiene el rol del Presidente de la República en el derecho.  Simplemente por poner unos ejemplos, tengan en cuenta lo siguiente:

1) El Presidente de la República elige los candidatos para escoger Fiscal General de la Nación.  Además de eso, designa al Ministro de Justicia, envía candidatos al Senado para ser Magistrados de la Corte Constitucional, y también para la Procuraduría.
2) Es el que define cuánto presupuesto se le asigna a la Rama Judicial, y define un Plan Nacional de Desarrollo que incluye el plan en materia de justicia para cuatro años.
3) El Presidente de la República, por intermedio de sus Ministros, es uno de los principales consumidores de la actividad en el Congreso, dada la iniciativa legislativa (potestad de presentar proyectos de ley ante el Congreso).  Algunas leyes sólo pueden ser tramitada por proyectos presentados por el Gobierno.
4) El Presidente de la República, en virtud de los estados de excepción, está en capacidad de dictar verdaderas leyes (decretos legislativos).  También puede solicitarle al Congreso que le concedan facultades extraordinarias
5) El Presidente de la República, de manera autónoma y discrecional, decide quién se va extraditado (cuando la Corte Suprema de Justicia así lo ha autorizado) o quién se queda en el país.
6) Los temas Aduaneros y de Comercio Exterior son competencia del Gobierno, y Constitucionalmente no admite intervención específica por el Congreso.



Si se tiene en cuenta únicamente los seis puntos que se acaban de enunciar, parece claro que el Presidente es un elemento fundamental en el día a día del derecho colombiano.  El último gobierno ha dejado claro esto último. El auge de tratados de libre comercio, el rediseño de toda la estructura de justicia transicional del Estado colombiano (ley de víctimas y restitución de tierras, por ejemplo) y las nominaciones que ha hecho Juan Manuel Santos, dan cuenta de su tendencia frente a este punto.

Es importante, a pocos días de las elecciones, recordarle a los ciudadanos esta interrelación evidente entre derecho y política.  La ciudadanía usualmente se queja de cosas como la lenta y corrupta justicia colombiana, los abusos de la autoridad, y el perfil de personas como el Procurador Ordóñez, el Fiscal General, o varios de los Ministros. Es conveniente que antes de terminar de definir la intención de voto, la ciudadanía sepa cual es el perfil de los candidatos frente a estos aspectos.  ¿Incide, acaso, que un candidato sea de perfil tecnócrata, o más político? Por supuesto.  ¿Acaso importa que un candidato tenga una buena o mala percepción de las Cortes?  Sin duda alguna.

Para quienes vivimos todos los días en medio del escenario del derecho, más relevante aún es sabe si la persona por la que voto está interesada en despolitizar a los jueces, o si está interesado en hacerle el juego a los abogados-políticos que ostentan cargos judiciales.  Es relevante saber si la agenda legislativa que pretende sacar adelante el candidato de nuestros afectos implicará más conflictividad, congestión judicial y cómo va a afectarnos en nuestra práctica profesional.  Lamentablemente, poco o nada se sabe acerca de lo que piensan los candidatos sobre estos aspectos.  El día a día del grueso de la ciudadanía depende de más cuestiones que el proceso de paz en La Habana (sea para apoyarlo o rechazarlo).

El voto es la conceción de un mandato al candidato para que haga lo que dijo qu iba a hacer.  De allí que el Presidente se le denomine como "Primer Mandatario".  El concepto guarda relación con el contrato de mandato, y no es porque el Presidente sea el que "mande".  Si el voto implica conferir un mandato al candidato, es preferible que sepa qué mandato se confirió, porque las decisiones que se tomen allí se verán reflejadas en el mundo del derecho, aquel mundo que está llamado a dictar las normas de organización y convivencia -algo, en lo que nos rajamos con horrores-. De lo contrario, el ejercicio del voto se convierte en un ejercicio de girar un cheque en blanco a favor de un tercero, sin saber lo que podrá hacer o no con ese cheque.

La cadena es clara: la política genera derecho y el derecho nos impacta a todos nuestra vida.  El voto que cada uno de nosotros deposite este domingo, incide de manera en el derecho y la justicia que tendremos por los siguientes 4 años.  La invitación, entonces, es a revisar con mucho cuidado lo que su candidato propone. Como lo dice el dicho popular: "Soldado avisado, no muere en guerra".
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Imagen tomada de la página http://desplazada.co/

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