jueves, 17 de marzo de 2016

Colombia no vuelve a La Haya: una opinión

Es la noticia del día en los medios de comunicación colombianos:  Colombia no vuelva a comparecer ante la Corte Internacional de Justicia, luego de que esta última se declarara competente para conocer de las peticiones planteadas por Nicaragua en la sede de La Haya.

No entiendo, y creo que nunca lograré entender, cómo toman las decisiones en el país en materia de derecho internacional.  Por algún motivo extraño, parece ser que Colombia considera que firmar cuanto tratado internacional exista, es un motivo de orgullo, independientemente del alcance real de lo que firme.  Conozco MUY de cerca un caso en el que se firmó un tratado de cooperación internacional en donde el país no tenía claro las implicaciones de lo que estaba firmando.  Y digo que lo conozco bien, porque realicé un análisis sobre este tratado, y al presentar las conclusiones, sorprendí a más de uno con lo que se podía o no hacer a partir de ese tratado.


Otro ejemplo claro de lo anterior es el ya conocido afán por pertenecer a la OCDE.  Esto es así por considerar que pertenecer a la OCDE nos hace automáticamente un mejor país, sin caer en cuenta que la cosa funciona al revés: ser un mejor país es lo que nos debería permitir estar en la OCDE.  ¿Es un fin en sí mismo?  Lo mismo pasó al momento de firmar el Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional.  Se firmó como si se tratase de un gran triunfo del país, sin medir las implicaciones que ello genera.  Suena muy bien el asunto, siempre y cuando el investigado no sea uno.  Se trata de una Corte implacable.  Por poner un ejemplo: si algún día la Corte Penal Internacional ordena la detención y entrega de cualquier persona (incluyendo Ministros, Presidentes, etc.), el país no puede dejar de incumplir la orden.  Allá no podemos llegar a decir: "A la CPI no volvemos".



Lo que ha pasado el día de hoy plantea una postura no solo lamentable, sino hipócrita del país de cara al resto del mundo.  A Colombia le gusta mucho todo eso del derecho internacional, los foros, el acompañamiento internacional, siempre y cuando no pierda.  Lo curioso del asunto, es que el argumento que presentó el Presidente Santos hoy es exactamente el mismo argumento que plantea la oposición política (uribismo) en el país cuando dicen que "no gozan de garantías" para afrontar determinados procesos (principalmente de naturaleza penal).  Frente a ese tipo de planteamientos, este mismo Gobierno ha salido a decir que exige el respeto por la institucionalidad, y da cátedra sobre la división de poderes, entre otras cosas.  ¿Existe algún criterio diferenciador en el argumento? Ninguno.

Debo aclarar: no me alegra en lo más mínimo que el señor Daniel Ortega nos siga quitando territorio a punta de demandas internacionales.  De hecho, me parece ofensivo y ultrajante lo que hace.  Sin embargo, una cosa es opinar desde el corazón, y otra cosa es razonar jurídicamente.  Cuando uno acomoda los argumentos a partir de sus apasionamientos, pasan cosas como estas: no puedo perder, porque yo soy yo;  si gano, acato, si pierdo no.  Quizá el Gobierno ha sido asesorado por algunos de los penalistas que establecen como estrategia de defensa en no ir a las audiencias.  Eso sirve en nuestro esquema procesal penal, pero no sirve en materia de derecho internacional público.

Anticipo una cosa: Si Colombia no se defiende en La Haya, pasa de un escenario de "posiblemente ganar o perder" a uno de "con total seguridad se va a perder".  Es decir, aparte de tratarse de una pataleta sin ningún tipo de lógica jurídico, se trata de una muy torpe decisión.  Ocurre lo mismo cuando los equipos de fútbol en protesta por A o B situación dejan de salir a la cancha para disputar el partido de fútbol.

¿Alguien recuerda qué ocurre cuando un equipo hace eso?  Exactamente lo mismo pasaría aquí.
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Imagen tomada de la página web http://es.steven-universe.wikia.com

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