lunes, 9 de septiembre de 2013

Hacia una responsabilidad patrimonial del Estado por "lo que no importó"

Un importante filósofo denominado Harry Frankfurt, escribió un libro titulado "The importance of what we care about".  El libro contiene importantes conceptos que son indispensables para desarrollar el concepto de agencia.  La agencia, como problema filosófico busca entender en qué momento se puede decir que la acción desplegada por una persona realmente es una acción "de esa persona" o deseada por esa persona.  No es Frankfurt el único que se inmiscuye en este problema.  En ese sentido, saber qué es lo que le importa o le preocupa a una persona no es un tema menor.  Ese punto, junto con elementos que aprendemos a través de nuestros procesos educativos, determinan cuales son las acciones que emprenderemos. 

Cito a Frankfurt aquí, pues considero que su punto de vista es especialmente importante para extraer un problema que realmente no es filosófico sino político y jurídico.  Es posible y es necesario saber qué es lo que le importa a una persona, de forma tal que podamos construir respecto de esa persona criterios de responsabilidad (no sólamente responsabilidad jurídica o legal).  La persona responder por los actos que desarrolla como agente, y no responderá (no asumirá como suyos) actos que no surjan de él.

El fenómeno al nivel del Estado, pareciera ser completamente diverso.  Basta revisar las casi dos mil leyes que se han expedido en un lapso de casi 22 años para saber qué es lo que le importa al Estado, y qué no le importa.  Encontrarán temas financieros, mineros, castrenses y comerciales.  Se trata del núcleo de normas jurídica que tenemos actualmente vigentes.  Sin embargo, no encontrarán muchas disposiciones sobre qué hacer cuando las relaciones humanas son un completo desastre, y la vida en comunidad se torna imposible.  El caso reciente de un señor que murió a manos de otro que se encontraban en absoluto estado de enajenación mental por el alcohol y las drogas, en un ambiente de pánico que generó entre sus vecinos, demuestra esto.



Lo mismo puede decir el campesinado colombiano -que no es lo mismo que el sector agrícola y agropecuario, dado que estos incluyen a los industriales y no solo a los productores rurales de pueblo y de vereda-.  La historia del país ha mostrado que el hombre de ruana y botas de caucho nunca ha sido una preocupación seria para los gobernantes.  Los años de olvido generan pobreza y desolación, y surge la inquietud de si el Estado deberá responder en algo por tanta negligencia y olvido.

Es allí donde retomamos a Frankfurt, pues en el caso del Estado, resulta más que interesante explorar un modelo de responsabilidad derivado de "aquello que no me importa".  El país está en mora de construir una doctrina propia sobre estos asuntos.  Ese algo que "no nos importa" a los abogados, conspira para seguir perpetuando la pobreza y la inequidad.
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* Imagen tomada de la página web http://hiperactivebrain.wordpress.com

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