lunes, 4 de abril de 2016

A propósito del cumpleaños 100 de Carlos Restrepo Piedrahita

No conozco al Dr. Carlos Restrepo Piedrahita.  Tampoco soy externadista.  En consecuencia, no tengo ningún motivo particular para amarlo u odiarlo, como suele ocurrir cuando se pertenece a determinada casa de estudios y se busca criticar o defender al abogado "de la casa".  El valor de Restrepo Piedrahita, sin embargo, es inconmensurable.  La reflexión que pretendo plantear en este caso no versa sobre las grandes gestas que ha emprendido o cómo ha marcado a generaciones de abogados en este país (cosa que sin duda ha hecho), sino sobre un punto más simple: la grandeza de los juristas de hoy.


Años atrás, cuando era profesor asistente de la materia de Teoría del Delito, en la Universidad del Rosario, aprovechaba para ir cada vez que me resultaba posible a las clases que no dictaba yo mismo.  La razón principal era porque existía una especie de "ritual" a la salida de clase a las 09:00 a.m., que implicaba desayunar, tomar tinto, hacer un balance de las noticias jurídico-legales -incluso las de la farándula jurídica- y rememorar anécdotas de los participantes.

Allí aprendí a valorar el concepto de "admiración" por los maestros de nuestros maestros, Aprendí igualmente a admirarlos indirectamente por la grata impresión que me generaban simplemente por la manera como oía hablar de ellos.  Al leer y oir hablar del profesor Restrepo Piedrahita, me ocurre algo parecido.  Entiendo lo que significa cuando los profesores manifiestan a sus estudiantes: "Me gustaría dejarles la inquietud".  Él ha podido hacer eso.  Lo he visto en algunas de las personas que han podido disfrutarlo en vivo y en directo.  También he podido hacerlo yo a partir de su trabajo escrito.



Me encontraba en segundo semestre de carrera cuando tuve la oportunidad de leer el libro-compendio "Constituciones Políticas Nacionales de Colombia", que lleva el nombre del profesor Restrepo.  La información allí contenida no caduca, y es algo que cualquier persona (no solo un abogado) que quiera entender cuál ha sido nuestro tránsito constitucional, debería consultar.  Sin duda es un libro obligado para formar parte de una biblioteca jurídica.

Me preocupa saber que la situación ha cambiado drásticamente en nuestra época.  Resulta difícil -por no decir imposible- encontrar nombres de abogados que en la actualidad generen tal nivel de consenso entre la comunidad de abogados.  Los "grandes" de nuestra época mayoritariamente son los abogados de medios, es decir aquellos que suelen transitar con una cámara a cualquier escenario y litigan a través de los medios, aquellos que forman parte de páneles de discusión en programas de radio o televisión.

Por supuesto, todo tiene su explicación.  En la actualidad se consigue en cualquier lado una facultad de derecho, y realmente los estándares para ser abogado actualmente son menos rigurosos que en el pasado.  Somos tantos -los abogados- que muy difícilmente entre nosotros hayan aquellos que generen mayor recordación o un respeto reverencial como aquellos grandes maestros.  Aduladores que denominen, "maestro" a cualquiera, es fácil conseguir y de esos siempre el país ha tenido demasiados. Somos la generación que actualmente ve en la cima de la administración de justicia a personas como Francisco Ricaurte, Pedro Munar, Eduardo Montealegre y Jorge Pretelt (simplemente por mencionar a los más recordados). Somos la generación que tiene tanto afán de ser respetados que permanentemente nos echamos flores a nosotros mismos en cuanto escenario sea posible, real o virtual.

Qué bueno, entonces, es poder todavía celebrar la vida de uno de aquellos verdaderos "maestros" que no requieren de un amigo periodista o político para ser lo que son.  Qué bueno, todavía, poder contar con esos maestros excepcionales que motivan a estudiar y a mejorar, y no solo a figurar.  Felicitaciones al Externado por el homenaje que han realizado al profesor Restrepo Piedrahita el día de hoy con ocasión de su cumpleaños.  Felicitaciones al mundo jurídico colombiano por haber podido aprovechar a maestros como él.  Ojalá las generaciones futuras de abogados no permitan que su legado muera, como han permitido que se olvide el de tantos otros grandes del país.
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Imagen tomada de la página web http://ciberoamericano.uexternado.edu.co 

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