Bien
sabido es que la negligencia de los profesionales en cualquier área, especialmente
la médica, puede conllevarles
consecuencias jurídicas, ya sea penal, civil y/o ética. En esta oportunidad me adentraré a determinar
la verdadera funcionalidad así como el objeto de la creación de los Tribunales
de Ética Médica. He de entender por funcionalidad
la practicidad y la utilidad que estas entidades deberían brindar a los
usuarios del sistema de salud colombiano.
En mi
opinión los Tribunales de Ética son entidades que tienen como fin determinar si
el actuar u omitir de los profesionales de la salud se encuentra o no acorde
con las normas éticas y con la lex artis
de la medicina. Sin embargo los
resultados de su creación dejan ver en algunos casos cómo este ente en vez de
procurar el control de la buena práctica médica, actúa como aliado de sus sujetos
disciplinables. Es frustrante que pese a
que en algunas ocasiones se encuentra claro a ojos de los pacientes y sus familias, errores
de bulto de los médicos, la autoridad de control ético no encuentra méritos
para imponer sanciones a los galenos.
Es
importante recordarle a los honorables integrantes de los Tribunales de Ética
Médica, cual es la razón y el verdadero sentido de su trabajo: Garantizar por
medio de correctivos (sanciones) que la prestación del servicio médico brindado
por los profesionales de la salud sea integro, reprendiendo la negligencia de
médicos y generando una política de eficacia y calidad del servicio de salud
dentro de su ámbito de aplicación. No me refiero a que su función sea
únicamente el castigo, sino la participación activa en el mejoramiento del
sistema de salud Colombiano.
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